Expertos del Centro de Investigación Biomédica de la Obesidad y la Nutrición de Santiago afirman que existe una gran diferencia entre el hambre y el apetito. Sostienen que el hambre es una necesidad fisiológica fundamental para cualquier ser humano, mientras que el apetito es el deseo de comer por placer.
En la gula, influyen factores como el olor, el sabor, o diversas costumbres alimenticias que puedan incitar a nuestra mente y generar necesidad de comer y en consecuencia, apetito.
Por esta razón, los científicos destacan que la clave para evitar la obesidad o combatirla, es necesario tener control sobre el apetito y no sobre el hambre.
Miguel López, integrante del grupo del centro compostelano, manifiesta que el problema de la obesidad radica en el consumo excesivo de alimentos combinado con la falta de ejercicios físicos o deportes. Además, destaca que ciertos alimentos “enganchan” a las personas y se vuelven irresistibles, tales como golosinas, dulces, aperitivos, café o grasas saturadas. Éstos tienen efectos realmente negativos en la masa corporal, pero también pueden terminar por generar en ciertas personas una adicción tan fuerte como las drogas o los juegos de azar.
Por todas estas razones, es conveniente ser más inteligentes que el hambre, tratar de comer lo justo y necesario para llenar el estómago y evitar los excesos causados por nuestra gula y la necesidad de comer por mero apetito.
Llevando una dieta equilibrada y sana, complementada con deporte o ejercicios físicos diarios, es posible combatir el sobrepeso y la gran cantidad de patologías que produce.