Estudios recientes, publicados en la revista El Mundo, afirman que el aceite de oliva contiene diversos elementos que consiguen reprimir la acción de múltiples genes relacionados con las inflamaciones.
La noticia, titulada “Nuestros genes también recomiendan seguir la dieta mediterránea” informa que una de las moléculas que influyen en esto, es la Oleuropeína. Se trata de una especie de polifenol que se encuentra presente en la pulpa de las aceitunas y produce varias consecuencias en el organismo, que van desde la prevención de problemas cardiovasculares y de fracturas de cadera.
La dieta juega un papel clave para evitar este tipo de dolencias y fisuras, ya que la Oleuropeína presente en el aceite de oliva ya que reduce la inflamación que genera la osteoporosis, influyendo negativamente en la salud de los huesos.
Los investigadores llegaron a esta conclusión tras examinar a ratas, a la cual le quitaban los ovarios con el fin de emular la menopausia de las mujeres (momento en el cual son más aptas para sufrir osteoporosis y sufrir fracturas). La falta de estrógenos en el organismo de las ratas hacía que con el correr del tiempo sus huesos se volvieran más frágiles. Sin embargo, tras aplicar la Oleuropeína, los expertos notaron que la densidad mineral de sus huesos se recuperaba significativamente.
Además de influir de forma positiva en la recuperación de los huesos, afectados por patologías tales como la osteoporosis, el aceite de oliva también evita diversos problemas cardíacos, por lo cual no sería para nada malo incorporar este aceite (considerado una “cura universal) a tus comidas de cada día.